Recientemente he comenzado una nueva aventura. Se llama “El misógino, diez lecciones de amor”. Es el primer libro de este tipo que escribo, aunque creo que podría ser divertido llevarlo a cabo (nada más que eso, no pretendo darle demasiado “toque literario”).
Tengo ya lista la primera lección que se intercalará con las dos primeras historias de amor (que poco tienen que ver con el amor). Serán, para variar un poco, veintidós capítulos, las diez lecciones y los veintidós relatos.
Lo publicaré en Grupo Alción (http://www.grupoalcion.net) a partir del lunes (con lo que estaré haciendo tres novelas a la vez, manda narices) y se publicará un capítulo cada quince días. Espero que, si alguien tiene la mala conciencia de leerlo, aporte sus comentarios maliciosos. Por cierto, no os lo toméis demasiado en serio, mujeres y amantes, sólo es una obra jocosa de un tipo aburrido que vive en una montaña.
El otro día, hablando con alguien de la obra (o un comentario de estos “intelectuales” que te salen con la quinta copa) me gané mi primer insulto: Subnormal. Estoy orgulloso y henchido de ganas de seguir. De todas maneras, si a alguno (o a alguna, aquí es cuando suelo guiñar el ojo) le da por insultar, que sepa que lo de “subnormal” ya está cogido.
Me gustaría recomendar algunos insultos, pero creo que estaría fuera de lugar (todos estamos muy…. ¿avezados? Desde que tengo el diccionario ese…). Decir que a raíz de “Diarios de un Fumador” ya me han llamado de todo menos guapo (aunque eso tampoco me lo llamaron antes del “Fumador”).
Siento el toque egocéntrico de este apunte, pero me apetecía escribir sobre lo que será, sin duda, una obra divertida de escribir.
Espero que, si os gusta, la leáis y me hagáis comentarios (podéis insultar, no os preocupéis).
Orgullosamente vuestro,