viernes, diciembre 19, 2008

Martin Cid: XXI Premio de Narraciones Cortas Ciudad de Jerez por el relato “Padre, rabino y maestro”.

El relato Padre, rabino y maestro, del escritor ovetense Martín Cid, se adjudicó el XXI Premio de Narraciones Cortas Ciudad de Jerez, concedido por el jurado convocado por la Delegación de Cultura y Fiestas, que le otorgó el primer galardón por unanimidad ante la obra titulada Paisaje sin camino, del cordobés Manuel Terrín Benavides, que fue el segundo premiado entre las 300 narraciones presentadas para la ocasión.
De la totalidad de relatos que presentaron su candidatura, sólo cuatro obras fueron seleccionados para acceder a la gran final, elegidas en función de la calidad literaria que contenían las candidatas a juicio de los cinco miembros del jurado. Por ello además de Padre, rabino y maestro y Paisaje sin camino, consiguieron pasar el corte los cuentos Amor verdadero y El cuento perfecto.

Los componentes del jurado fueron los escritores Francisco Bejarano y José Mateos, Ricardo Rodríguez Gómez -Fundación Caballero Bonald-, Ramón Clavijo Provencio -Director de la Biblioteca Municipal- y Amparo Gómez Martín -Bibliotecaria. Delegación de Cultura y Fiestas-.
Fuente: http://www.lavozdigital.es/cadiz/20081217/sociedad/padre-rabino-maestro-gano-20081217.html

domingo, diciembre 07, 2008

La Revista Yareah


Nuevos proyectos, nuevas ilusiones.
Como “la cosa” (no puedo definir de otra manera mi especie de carrera literaria) parece que marcha un poco mejor –hasta parece que marcha bien-, hace un par de meses he sido nombrado director (o “editor” en inglés) de la Revista Cultural Yareah.
Se trata de un proyecto de calidad no sólo literaria, sino también editorial (ambos términos, bien lo sabrán los lectores, no suelen ir unidos en la misma frase). Los contenidos mezclan literatura, arte y mitos y ya vamos por el número dos de esta revista bilíngue.
Como, por error o no, se me ha hecho responsable de esta especie de “aborto literario de gran calidad”, he dedicado el número dos al gran Joyce. Pueden ver una edición impresa aquí. Por lo que a mí respecta, escribo un artículo en cada número (el de Joyce, reconozcámoslo, no me ha costado mucho esfuerzo).
Los números irán ordenados siguiendo una línea temática (el número tres se basará en “El Cantar de los Nibelungos”) en torno al cual se irán disponiendo las diferentes líneas literarias y artísticas.
Yareah pretende no constituirse exclusivamente en una publicación de divulgación al uso, sino que intentará mostrarse heterodoxa y distinta (me han llegado a decir que es “post-moderna”).
Todos los que integramos el proyecto Yareah intentaremos que sea una revista gratuita, distinta y tan moderna como clásica (en realidad es este punto el más importante de lo que podrían venir en llamarse “líneas maestras” del proyecto).
Seguiremos informando y esperamos que la revista sea de vuestro agrado.
Hasta pronto.

viernes, junio 06, 2008

Un día de firmas en la Feria del Libro de Madrid


Sin preliminares, cariño.
Llegamos sobre las seis de la tarde a firmar el libro “Ariza”, escrito en colaboración con Isabel del Río. Como somos gente abstemia (sobre todo yo, todo hay que decirlo), entramos en un bar my agradable que estaba frente al Retiro. Un Jack (Daniel´s, sobra el apellido para quien conozca a tan amable, grácil, estupendo y genial caballero)…, comienza a llover.
Para comprender las vicisitudes a las que se enfrenta un escritor hemos de retrotraernos (qué bien que suenan algunas palabras) en el tiempo. Valladolid, hace poco menos que un mes. Seis menos cinco (previamente: cielo despejado). Cae una tromba de agua…, ¡y yo sin remos! Fiasco total: ni un alma… ni televisión ni alfombra roja ni flashes de fotógrafos. Tanta preparación para nada (fue entretenido no se crean, firmamos un ejemplar a un vallisoletano muy amable que me trajo un Jack y todo, Dios le tenga en su santa gloria por siempre). FIN DE LA ACOTACIÓN
Seguimos… estábamos en Madrid y aún no me había tomado más que un pelotazo. Durante cincuenta minutos cayó la lluvia incesante que incesante cae la lluvia que llueve llueve. Esta vez, por suerte, paró unos minutos antes de las siete, así que fuimos más o menos tranquilos (para los amantes de las estadísticas: un Jack más).
La Feria del Libro de Madrid se pasó bastante rápido. No paré de firmar y esas cosas que hacen los escritores profesionales (dícese, fumar en pipa y –con esforzado disimulo- tomar leves tragos de una lata de cerveza que tenía escondida para evitar los temblores del delirium tremens). Nos acompañaron muchas personas encantadoras que hacía siglos que no veía (ahora sin ironías: es agradable reencontrarse con aquellos que formaron parte de tu vida, espero algún volver a hacerlo con cierto profesor de la Universidad –en esta ocasión, con mis peores intenciones-). Desde luego, hubo notables ausencias, pero como soy un “hombre de bien”, las perdono (en estas ocasiones me gustaría creer en Dios, y que así no haga lo mismo y les condene a arder en el infierno).
Lo mejor de las ferias del libro es precisamente esto: te encuentras con antiguos conocidos que, si tienen la suficiente educación (no todos la tienen), compran un ejemplar del libro. Lo cierto es que esto me da un poco lo mismo: ¿a quién le importa si vendes o no si al final no lo van a leer? Me interesan esos lectores que terminan el libro y, de un manera u otra, sienten algo. Cuando lo compran por gratitud o camaradería…. Nada, un vaso vacío. No obstante, es agradable volver a compartir un rato con ellos (y algún Jack si se precia el compadre en cuestión).
Sin orden ni concierto –ya que debería haber empezado por aquí (será la resaca)- nos acompañó Juan Carlos, un tipo muy majo pero con graves defectos: ni fumaba ni bebía (yo no podría). En serio: encantador, eficiente, divino… ¡Juan Carlos para presidente!
Lo peor de este tipo de acontecimientos: que no vaya nadie a tu firma…, que llueva. No sucedió así y me pasé dos horas sin descanso firmando y (ejem) fumando… porque Juan Carlos estuvo encantador y nos dejó fumar. ¿Se imaginan dos horas sin poder dar un par de caladas a una deliciosa pipa? Sí, lo sé, amiguitos: el infierno.
En este tipo de eventos conoces a gente, aunque nada de editores o similares (al menos en cuanto a mi experiencia se refiere, para dar con esos tipos hay que ir a presentaciones y demás)… La mayoría son gente encantadora (creo que todos los que me he encontrado en las ferias lo son, excepto una señora que me hizo hablar diez minutos del libro y luego lo despreció con la más sublime y mezquina de sus sonrisas).
Desde aquí quiero dar las gracias a Silvia, que nos trajo una cerveza.
Después de todo… la Feria del Libro es un acto para los libreros (que es cierto, venden libros, parece que no hay nada malo en ello) al que los escritores acudimos con cierta ilusión –por lo menos algún cacahuete nos regalarán, para eso tenemos un prestigio tan alto y bien merecido- y al que (lo más importante de todo) las familias acuden para que los padres se sientan un poco intelectualillos y le regalen a su retoño lo último de algún aprendiz de mago un tanto cargante (o el último éxito de algún tipo con perilla y pinta de portero de barrio pudiente). Al final: todos ganan (y nosotros tenemos nuestro cacahuete con forma adulatoria).
Salimos y comenzó lo bueno (no quedaría demasiado intelectual decir que me tomé algunos Jacks más y terminé haciendo chistes groseros, que fue lo que realmente pasó): charlas de Schopenhauer, Dickens y tantos y tantos otros… Tanto hablamos sobre cosas utópicas, intelectuales, ¿tal vez divinas? Que se me olvidó y sólo recuerdo una nube gris y un terrible dolor de cabeza al despertarme.
Qué bueno es ser escritor y firmar libros ( al meno ahora puedo beber para celebrar algo, con la conciencia tranquila).
Irónicos saludos.

martes, abril 08, 2008

Ariza

Saludos, estimadísimos lectores. En esta ocasión no voy a hablar de perritos ni de críticos ni voy a sacar ese colmillo que –dicen algunos- tengo tan afilado (aunque me temo que es sólo por congraciarse). En esta ocasión tengo que comunicaros una buena noticia, para mí de lo mejor que me podría pasar: la editorial Grupo Alcalá va a publicar uno de mis libros.
Dicho libro lleva por título Ariza y está escrito en colaboración con Isabel del Río. ¿De qué trata? Digamos que es una saga familiar. ¿Qué tiene de original? Que trata de espejos y que, cuando se llega a la mitad, hay que dar la vuelta al libro para seguir leyendo, de tal manera que la lectura se hace solamente sobre las páginas de la derecha (espero que nadie tome extrañas connotaciones).
En mis siguientes anotaciones en el blog les iré informando acerca de los pormenores de la publicación. Simplemente adelantaré que será publicado (más o menos) el día del libro -23 de abril, para los que no lo sepan (tengo que reconocer que me encontraba entre éstos hace apenas un par de meses)-.
Intentaremos presentarlo en algunos lugares que prefiero no adelantar ahora, hasta que esté terminada la impresión y puesta en circulación de la obra. Sólo adelantaré que Ariza es un paseo por Castilla y sus lugares a través del recorrido de una antigua línea de tren (la línea Ariza) y de las gentes que lucharon por llevar adelante semejante proyecto. Es también –y sobre todo- el relato de una familia y el retrato de un tiempo y de todos los tiempos (espero que la lean para así comprobar si están de acuerdo conmigo).
Desde estas páginas querría agradecer la confianza a la editorial Alcalá y en especial a Rafael Ceballos, Paco Toro, Juan Muñoz, Eva… todos miembros del equipo. Están haciendo un gran trabajo y, sinceramente, creo que he tenido una gran suerte en haber encontrado un grupo de personas dispuestas a hacer de la literatura algo grande. Gracias sinceras por su confianza y trabajo.
En breve, otro nuevo post, espero que no sea tan auto contemplativo como éste.

miércoles, febrero 27, 2008

Animales


Esta mañana me levanté con la desagradable noticia del diario 20minutos en el que se hablaba de un maltratador a unos gatitos por parte de cierto “individuo” (que forma parte, encima, de un partido político). Que forme o no parte de un partido político (o de la mafia, que da igual) no viene al caso pero, claro... siempre viene bien por parte de la oposición para hacer un poco de campaña “sucia”.
Le han expulsado inmediatamente (lo que faltaba si no lo hacen). Por si alguien tiene estómago, que lea la noticia. La cara del animal no tiene desperdicio: Noticia (encima, si se fijan en la url, califican la noticia dentro de la sección de “elecciones generales”, sin comentarios)

Por vez primera, no voy a hablar de literatura ni nada que tenga que ver con la cultura. Quiero hacer, no sé si por vez primera en mi vida, una especie de labor social y dar mi total apoyo a ciertas organizaciones que dan cobijo a animales que han sido abandonados.
Para empezar, no tengo la dicha de conocer a este individuo, hablo desde la indignación que me produce esta noticia (y tantas otras que estoy leyendo en el diario 20minutos, que parece dar cabida y alienta este tipo de noticias para concienciar a la ciudadanía de lo estúpidos que son algunos).
Quiero, desde este mi modesto foro, alentar a los redactores y directores de este diario a continuar con su buena labor en este campo. Siempre leo este tipo de noticias (en realidad, es de lo poco que me interesa, creo que dos idiotas tirándose los trastos en televisión a base de insultos y descalificaciones no merece ni un minuto de mi tiempo). Sí, me siento muchas veces asqueado y dolido por lo que leo (perritos enterrados vivos y demás animaladas), pero creo que hay que decir lo que está sucediendo y tratar de dar una vida más humana a estas personas (me refiero a los perritos y gatitos, no a este “individuo” que, creo, merece la horca).
Siento decirlo, pero el ser humano (o eso que han venido en llamar “ser humano”, porque tiene a veces bastante de “ser” y muy poco de “humano”) me merece cada día menos respeto. Sé que hablo tan sólo de unos pocos, que la gran mayoría no abandonaría jamás a su compañero y que éstos han pasado a ser una parte fundamental de la familia (entendida esta palabra en el sentido más global del término). Para estas personas -que a ellos sí puedo considerarles, cuanto menos, mis iguales- el mayor de mis respetos y admiraciones. Luego están ésos que denigran, verbal o físicamente a los animales, que los consideran inferiores a eso que tan vehementemente han venido en llamar “raza humana”. Se dicen: “no tienen razonamiento, son inferiores... no pueden pensar”. ¿Y tú sí, pedazo de ignorante?
Cuando estudiaba filosofía (no la carrera, tan sólo alguna asignatura de la carrera) hablaban de Aristóteles y sus silogismos como la fórmula en torno a la cual -en la cual se basa- el pensamiento humano. ¿No son capaces los animales de hacerlos? ¿Se basan simplemente en el conductismo y en un simple “me viene mal” o “me viene bien” para llevar a cabo sus acciones? Francamente, teniendo en cuenta el auge del conductismo -eso de los perros de Paulov- y su implementación en la psicología moderna (recordemos que parece ser la rama que ha triunfado) deberíamos no plantearnos si los animales piensan, sino si somos todos nosotros capaces de hacerlo.
Basados en esta estupidez de que si los animales tienen o no raciocinio se han cometido las mayores barbaridades de la “humanidad”. Desde aquí quiero hacer constar que no apruebo las pruebas con animales (vengan bien o no al “ser humano”) ni las corridas de toros ni nada por el estilo. Las pruebas las deberían hacer con estos tipos como el de la noticia, atiborrarles de medicamentos dañinos para la salud y mirar a ver si sobreviven. Claro que siempre se podría argüir si sobrevive esa frase de “no sabemos si el experimento funcionaría con humanos”.
Creo que las multas son ridículas, creo que los animales son seres humanos y creo en la justicia (que no en el Estado). Si ahorcan a un perro, ¿qué pena merecen? ¡La horca! Si maltratan a un gato, que se desentierren los instrumentos inquisitoriales y se le aplique un garrote vil hasta desangrarle.
Siento ser tan vehemente y poco democrático. Sé que así no llegamos a ningún sitio y ni siquiera creo que mis medidas sean justas o razonables, pero no creo que estos “seres” merezcan caminar ni a mi lado ni al lado de otros tantos como yo que respetan la vida de toda clase de seres. Hablo desde el corazón, y encarcelaría a estos tipos de por vida y, lo que es más importante, les condenaría a trabajos forzados para pagar su propia manutención. Claro, esto parece ser que no es democrático, así que nada, una multita de cien euros está mucho mejor (así, de paso, algún político puede pagarse un par de copas).

Pero no todo es tan malo (y no quiero cebarme en lo desagradable del asunto). Como ya dije al principio, hay cientos de centros de acogidas y lugares que defienden los DERECHOS de estas personas. Les dejo una dirección en la que pueden mirar algunas direcciones para que vean que no todos somos animales:
Protectoras de animales

Y para terminar con este mi extraño artículo diré que tengo dos perritos llamados Robin y Joyce. Cuando he estado triste, han venido conmigo y han alojado su hocico en mis rodillas; cuando he estado contento, también ellos se han alegrado por mí; cuando me he enfadado, lo han comprendido y me han perdonado; cuando han notado alguna amenaza, no han dudado en ponerse entre el otro y yo mismo diciendo en el lenguaje de la naturaleza: “no, antes tendrás que pasar por encima de mi cadáver, porque soy fiel, porque le cuido, porque soy noble, porque nunca le abandonaría, porque soy una persona”.
¿Quién puede decir esto? Sólo ésos merecen ser llamados “personas”. Para el resto, el mayor de mis desprecios.