miércoles, febrero 27, 2008

Animales


Esta mañana me levanté con la desagradable noticia del diario 20minutos en el que se hablaba de un maltratador a unos gatitos por parte de cierto “individuo” (que forma parte, encima, de un partido político). Que forme o no parte de un partido político (o de la mafia, que da igual) no viene al caso pero, claro... siempre viene bien por parte de la oposición para hacer un poco de campaña “sucia”.
Le han expulsado inmediatamente (lo que faltaba si no lo hacen). Por si alguien tiene estómago, que lea la noticia. La cara del animal no tiene desperdicio: Noticia (encima, si se fijan en la url, califican la noticia dentro de la sección de “elecciones generales”, sin comentarios)

Por vez primera, no voy a hablar de literatura ni nada que tenga que ver con la cultura. Quiero hacer, no sé si por vez primera en mi vida, una especie de labor social y dar mi total apoyo a ciertas organizaciones que dan cobijo a animales que han sido abandonados.
Para empezar, no tengo la dicha de conocer a este individuo, hablo desde la indignación que me produce esta noticia (y tantas otras que estoy leyendo en el diario 20minutos, que parece dar cabida y alienta este tipo de noticias para concienciar a la ciudadanía de lo estúpidos que son algunos).
Quiero, desde este mi modesto foro, alentar a los redactores y directores de este diario a continuar con su buena labor en este campo. Siempre leo este tipo de noticias (en realidad, es de lo poco que me interesa, creo que dos idiotas tirándose los trastos en televisión a base de insultos y descalificaciones no merece ni un minuto de mi tiempo). Sí, me siento muchas veces asqueado y dolido por lo que leo (perritos enterrados vivos y demás animaladas), pero creo que hay que decir lo que está sucediendo y tratar de dar una vida más humana a estas personas (me refiero a los perritos y gatitos, no a este “individuo” que, creo, merece la horca).
Siento decirlo, pero el ser humano (o eso que han venido en llamar “ser humano”, porque tiene a veces bastante de “ser” y muy poco de “humano”) me merece cada día menos respeto. Sé que hablo tan sólo de unos pocos, que la gran mayoría no abandonaría jamás a su compañero y que éstos han pasado a ser una parte fundamental de la familia (entendida esta palabra en el sentido más global del término). Para estas personas -que a ellos sí puedo considerarles, cuanto menos, mis iguales- el mayor de mis respetos y admiraciones. Luego están ésos que denigran, verbal o físicamente a los animales, que los consideran inferiores a eso que tan vehementemente han venido en llamar “raza humana”. Se dicen: “no tienen razonamiento, son inferiores... no pueden pensar”. ¿Y tú sí, pedazo de ignorante?
Cuando estudiaba filosofía (no la carrera, tan sólo alguna asignatura de la carrera) hablaban de Aristóteles y sus silogismos como la fórmula en torno a la cual -en la cual se basa- el pensamiento humano. ¿No son capaces los animales de hacerlos? ¿Se basan simplemente en el conductismo y en un simple “me viene mal” o “me viene bien” para llevar a cabo sus acciones? Francamente, teniendo en cuenta el auge del conductismo -eso de los perros de Paulov- y su implementación en la psicología moderna (recordemos que parece ser la rama que ha triunfado) deberíamos no plantearnos si los animales piensan, sino si somos todos nosotros capaces de hacerlo.
Basados en esta estupidez de que si los animales tienen o no raciocinio se han cometido las mayores barbaridades de la “humanidad”. Desde aquí quiero hacer constar que no apruebo las pruebas con animales (vengan bien o no al “ser humano”) ni las corridas de toros ni nada por el estilo. Las pruebas las deberían hacer con estos tipos como el de la noticia, atiborrarles de medicamentos dañinos para la salud y mirar a ver si sobreviven. Claro que siempre se podría argüir si sobrevive esa frase de “no sabemos si el experimento funcionaría con humanos”.
Creo que las multas son ridículas, creo que los animales son seres humanos y creo en la justicia (que no en el Estado). Si ahorcan a un perro, ¿qué pena merecen? ¡La horca! Si maltratan a un gato, que se desentierren los instrumentos inquisitoriales y se le aplique un garrote vil hasta desangrarle.
Siento ser tan vehemente y poco democrático. Sé que así no llegamos a ningún sitio y ni siquiera creo que mis medidas sean justas o razonables, pero no creo que estos “seres” merezcan caminar ni a mi lado ni al lado de otros tantos como yo que respetan la vida de toda clase de seres. Hablo desde el corazón, y encarcelaría a estos tipos de por vida y, lo que es más importante, les condenaría a trabajos forzados para pagar su propia manutención. Claro, esto parece ser que no es democrático, así que nada, una multita de cien euros está mucho mejor (así, de paso, algún político puede pagarse un par de copas).

Pero no todo es tan malo (y no quiero cebarme en lo desagradable del asunto). Como ya dije al principio, hay cientos de centros de acogidas y lugares que defienden los DERECHOS de estas personas. Les dejo una dirección en la que pueden mirar algunas direcciones para que vean que no todos somos animales:
Protectoras de animales

Y para terminar con este mi extraño artículo diré que tengo dos perritos llamados Robin y Joyce. Cuando he estado triste, han venido conmigo y han alojado su hocico en mis rodillas; cuando he estado contento, también ellos se han alegrado por mí; cuando me he enfadado, lo han comprendido y me han perdonado; cuando han notado alguna amenaza, no han dudado en ponerse entre el otro y yo mismo diciendo en el lenguaje de la naturaleza: “no, antes tendrás que pasar por encima de mi cadáver, porque soy fiel, porque le cuido, porque soy noble, porque nunca le abandonaría, porque soy una persona”.
¿Quién puede decir esto? Sólo ésos merecen ser llamados “personas”. Para el resto, el mayor de mis desprecios.