viernes, julio 30, 2010

Crítica a Un Siglo de Cenizas, del novelista Martín Cid


por Silvia Cuevas Mostacero
http://silviacuevas.lacoctelera.net/


Un Siglo de Cenizas afronta la historia de una familia de origen ruso, los Fiodorovich, asentada desde mediados del siglo XIX a orillas del Mississippi. Allí tienen una plantación de tabaco, una especialidad que sólo se da en ese lugar debido a la peculiar mineralización del suelo y que se usa para la mezcla de los de pipa: es el periquée. Pero igual que el periquée es único de esa región, la extraña familia de protagonistas sólo ha podido crecer junto al periquée de su finca que, además, los hace a todos pelirrojos.
Con gran sentido del humor, Martín Cid nos va a ir narrando la historia del tabaco y de las pipas, y la historia de los acontecimientos que se suceden a lo largo del siglo XX, en los que esporádicamente la familia Fiodorovich participa: hombres de humo, tiempo de cenizas.
El lenguaje es preciso y la estructura de la novela muy original, pues sigue la de los caminos y esferas del árbol cabalístico. Éste nos da números y pistas para desentrañar una verdad, que es la esencia del libro y que por ello mismo callaré.
Me ha gustado mucho, sobre todo por sus contrastes: acontecimientos terribles de una familia malvada en un tiempo también malvado pero con la ironía (a veces sarcasmo) necesarios para hacerlo muy ameno.
Sobre el autor: http://www.martincid.com

jueves, julio 29, 2010

Un chiste para anunciar un libro, por Martín Cid


Aunque los temas sean serios, dramáticos o terribles, siempre es bueno un chiste para desdramatizar. Ay de nosotros cuando nos quiten el sentido del humor, es lo poco que nos queda (a algunos).
Este anuncia mi ensayo Propaganda, Mentiras, y Montaje de Atracción (ed. akrón, 2010)
Leer más en:

miércoles, julio 28, 2010

Ahora ni Churchill fumaba, por Martín Cid

Pues sí, señoras y señores, ahora ya ni Churchill fumaba. Se trata de aplicar un poco de photoshop y tenemos un nuevo Churchill, vegetariano, abstemio y de la liga antitabaco.
La propaganda funciona. Menos mal que he escrito un libro sobre el tema, que si no hasta me lo creo.
**Martín Cid es autor de las novelas Ariza, Un Siglo de Cenizas, Los 7 Pecados de Eminescu y del ensayo Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción (ed. akrón, 2010)

lunes, julio 26, 2010

En una caverna muy muy lejana... por Martín Cid


Leyendo el artículo de Juan Manuel Martínez Valdueza "Apelo a Riccobono http://www.yareah.com/magazine/index.php/issue-13-numero-13/126-13-literature-literatura/598-etica-apelo-a-riccobono ), y a la vista del penoso y desagradable gusto en el vestir y en los modales que puedo observar cada vez que tengo la desagradable tarea de dejar mi cálido hogar, me veo en la obligación (moral) (estética) y (“filosófica”) de citar al que (por supuesto) todos hemos leído en nuestra vida más o menos veinte veces: Inmanuel Kant (¿da miedo, eh?).
Me encontraba yo en el mediodía de mi vida en una caverna con sombras, bajo una luz suave.
Kant diferenciaba entre lo bello y lo bueno.


Cito: “El juicio estético reposa de tal manera en fundamentos a priori, y un juicio tal es puro solamente en la medida en que ninguna complacencia meramente empírica se mezcle al fundamento de la determinación del mismo”
(Ni siquiera un erudito de mi talla termina de comprenderlo del todo)
Otros había en la caverna, el fuego nos calentaba.
Dícese, para aclarar: sólo lo bello es susceptible de ser sometido a juicio porque el resto (para Kant) es una verdadera porquería (dícese, lo “agradable” y lo “bueno”, completando así los tres tipos de “complacencias”).
Así, y sin quererlo, tenemos la definición de “lo bueno” vendría determinado por un fin o pretensión (mezclando ya de todo, lo que Platón denominaba “egoísmos enfrentados”). Dícese, ya para los griegos el egoísmo social se correspondía con una especie de ética, aunque sea inferior. Hablan los filósofos precisamente de esa ética enfrentada a otra gran ética, la de la razón, la de la Crítica de la Razón Práctica.
Reza otro lema: “No hay ética sin estética” (lo leí por ahí, caminando por Madrid).
Y otro más: “Lo prescindible y superfluo de la Filosofía como disciplina orientadora de seres y sociedades” (el señor Valdueza).
(¿Ven cuán fácil y divertido resulta recopilar y firmar el artículo al final?).
Y por si no queda claro que este opúsculo se crea con la inteligencia de los demás y la mediocridad del autor: “La única ética que respeto es precisamente la que no sirve para nada, la ética del buen gusto” (Martín Cid).
Y es que me atrevo y oso ponerme en la misma posición de Kant (si bien es cierto de ser consciente de que manipulo sus palabras para decir lo que me apetece): sólo lo bello es susceptible de juicio. Lo bello aporta deleite y es por ello ético en sí mismo porque de lo contrario (y a priori) no sería percibido como bello por el hombre.
Y es que quiero aquí (muchas cas, ¿verdad?) negar la filosofía en general y la filosofía ética en particular como algo orientador de sociedades y seres a la que se refería el señor Valdueza, y quiero también defenderla precisamente en lo que tiene de juego floral y literario. Francamente, me encanta pensar en el mito de la caverna y imaginando a los cavernícolas devorándose unos a otros al no encontrar una solución común a “la cosa en sí” de Heidegger. ¿Quién no lo haría? Me imagino a los cavernícolas filosofando y profiriendo insultos e imprecaciones porque la materia que les atañe bien lo requiere: fue la mujer la que atizó primero.
-¿No tienes nada mejor que hacer? ¡Los niños sin comer y tú aquí bebiendo y filosofando!
El hombre salió con el rabo entre las piernas y el resto se rió, hecho que produjo el lamento de un grupo feminista que estaba al lado:
-¿No respetáis “la cosa en sí” o acaso la ética no nos ha enseñado que esto no es bueno en tanto que no es bello?
No tardaron en convulsionarse los primeros coros y en surgir los primeros garrotazos. Fue una carnicería impresionante en la que saltaron orejas y brazos y había sangre por doquier que manaba a borbotones: la filosofía, la gran filosofía que los hombres habían tenido el gusto de crear y discutir durante siglos, se tornaba más y más violenta y sangrante. Los platónicos llevaban ventaja porque jugaban en casa (la caverna era suya) pero los aristotélicos tenían la metafísica y eso les proporcionaba sobrehumanos poderes. Pero finalmente los kantianos se llevaron la palma y comenzaron a golpear duramente con la Crítica de la Razón Pura. Era un corpulento volumen y la fuerza era descomunal.
Yo pretendí librarme de la muerte aduciendo en que estaba de acuerdo con Kant, pero no les convencieron mis palabras:
-¡Usas al maestro para tu propio beneficio!
Mil kantianos se vinieron a mí y golpearon mi costado y mi rostro. Perdí el sentido a los pocos golpes (es que soy un esteta). Me despedí de aquel extraño sueño intentando responder al señor Valdueza:
-“Bello es lo que es conocido sin concepto como objeto de una complacencia necesaria” (I. Kant).
Y es que, señor Valdueza, aún aprobando su postulado, me niego a abandonar el noble arte de la masturbación mental, también llamada en círculos más eruditos filosofía, como simple ejercicio floral. Como soy un individuo sin ética alguna, dejo esa parcela para otros cavernícolas con mentes más vigorosas.
Yo no diría que fracasé en mi sueño, como tampoco puedo hablar del fracaso de la filosofía, de esa filosofía como imaginación bella autocomplaciente, de esa filosofía que se torna, finalmente, Literatura.

domingo, julio 25, 2010

San Fermín, futbol, Bibiana Aido


Permítanme que les cuente algo desde España. Terminó el fútbol (para quien no lo sepa España – Alemania) y salí a tomar mi habitual y diaria botella de brandy por Madrid. No hubo sorpresas: la gente celebraba por todo lo alto el paso a la final del Campeonato Mundial de Sudáfrica. ¿Nada nuevo? Muy nuevo es (inédito) que España pase a una final, porque nunca antes había disputado una y muy nuevos son, también, los cánticos de yo soy español, español, español (permítanme que no lo tararee, su otorrino me lo agradecerá).

Éxitos deportivos aparte, España está viviendo una especie de auge patriótico. ¿Motivos? Lo diré directamente: nuestros partidos regionalistas, que no hacen sino aprovecharse de un sistema electoral que los beneficia claramente, han creado tal clima de incertidumbre en el país que los ciudadanos han contestado. Hoy leo en los periódicos un cántico tan tautológico como extraño: “Oa, oa, oa, Barcelona es española”.

El asunto parece extraño porque, si el señor Presidente del Gobierno no ha rectificado a estas horas (que todo puede ser), Barcelona ya formaba parte de una nación llamada España. Cuestiones políticas aparte (y reservo el derecho a rebuznar lo contrario), la clase política (lo de “clase” ofende la vista, pero para eso mandan ellos) ha venido enfrentando a la sociedad española en un duelo mediático que no carece de eco en el ámbito ciudadano.

Así, y sólo por citar los últimos tiempos (ya me meteré con los pretéritos) se crea un Ministerio de Igualdad cuya única misión parece ser desigualar a hombres y mujeres y enfrentar en dos bandos (mujeres y posibles maltratadores –dicho sea de paso: todos los hombres-). El juego es parecido al que se puede dar en cualquier otro momento: para que el poder ejecutivo pueda obrar libremente, debe crear un clima de incertidumbre y enfrentamiento entre los ciudadanos, de manera que sean ellos quienes solucionen el problema (lo paradójico del asunto, o dicho menos finamente “cachondo”, es que son ellos mismos los que crearon el conflicto que los beneficia).

Leí una vez por ahí que cierto tipo con bigote que lucía una esvástica fue subvencionado por cierto país con barras y estrellas, en la bandera precisamente, para superar una crisis mediante

Leer el artículo completo en La Nación Dominicana:

http://www.lanaciondominicana.com/ver_opinion.php?id_opinion=1870

jueves, julio 22, 2010

El Mississippi, por Martín Cid



Basado en la novela Un Siglo de Cenizas (editorial akrón) de Martín Cid.
Ver más información en http://www.martincid.com/unsiglodecenizas

miércoles, julio 21, 2010

Presentación del Periódico Las Libertades.

El escritor Martín Cid presenta Las Libertades (http://www.laslibertades.es), periódico plural y abierto a la participación.



Martín Cid es autor de las novelas Ariza (Editorial Alcalá, 2008), Un Siglo de Cenizas (editorial akrón, 2009), Los 7 Pecados de Eminescu (de descarga gratuita desde su web http://www.martincid.com) y del ensayo Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción (editorial akrón, 2010).

domingo, julio 18, 2010

Una mañana cualquiera, por Martín Cid


Una mañana cualquiera
por Martín Cid
http://www.martincid.com/



Leer los periódicos por la mañana debería estar prohibido y voy a contarles por qué: no soy precisamente amigo de acudir al médico (en contra de las indicaciones del Gobierno). Y es que nuestro buen paternalista Estado tiene por costumbre crear sanas “costumbres” (y valga la redundancia) como acudir al médico por cualquier motivo (no vaya a ser que estemos enfermos sin saberlo). Así, una epidemia o brote que para cualquier novelista pasaría desapercibido como la Gripe A, para los miembros de las cúpulas del Gobierno en los actuales estados de derecho son una mina de oro propagandística. Es lo que antes se llamaba “maniobra de distracción” y ahora política: buscar un tema que cree la suficiente polémica para que nos olvidemos de la problemática ulterior.
Y es que la Sanidad y los problemas sanitarios siempre se han empleado a lo largo de la Historia para crear grandes cambios políticos.
Hoy en España hemos tenido un buen ejemplo de este asunto: aprobar la ley del aborto, lo que explica parcialmente mi falta de apetito esta mañana. Posteriormente, y tras conocer la polémica noticia (estoy en contra de la ley, por si a alguien le interesa) busco su gestación: la ley viene de la francesa, en la que una menor de dieciséis años puede abortar sin el consentimiento de sus padres (tiene que estar presente un adulto, eso sí, ¡qué elegantes siempre los franceses!).
Lo más curioso del asunto este del aborto es por tanto que la ley no es una iniciativa de nuestro señor presidente, sino que está hecha a imitación de los países más “avanzados”. Son las cosas de la Unión Europea y sus imposiciones morales: ya superado el hábito de fumar, ahora podemos superar la estupidez de la mayoría de edad.
Lo más grave del asunto es que los estados actuales han ido un paso más allá en la imposición moral: se ha superado incluso a los padres, que asisten ya a una educación que, estén o no de acuerdo con ella, les es impuesta a sus hijos sin remedio.
El límite del surrealismo es oscuro, y ya en algunos institutos se imparten clases sobre como… (mejor no lo pongo, que aún conservo ciertos mandamientos narrativos clásicos como “No hablarás de Sexo en vano”) y otras “mujeres”, de cuyos nombres prefiero no acordarme, crean un teléfono para solventar las dudas de los maltratadores (como si tuviesen alguna).
En estos últimos aspectos que he citado, el asunto se puede tomar con la ironía suficiente (y necesaria), pero las labores propagandísticas han ido más allá de lo moralmente permitido y han superado la línea de lo público para incidir con más énfasis que nunca en la manipulación de lo privado, y no ven cortapisa alguna para legislar lo ilegislable: la capacidad de elección del ser humano. Así, y bajo la forma propagandística de aparente libertad (de abortar), los políticos se erigen en dictadores de la moral de la UE.
Alguien me comentó (JMOS) que la sacro-santa Revolución Francesa había transformado la trinidad Padre-Hijo y Espíritu Santo en otra tríada de elementos con apariencia revolucionaria: Libertad, Igualdad y Fraternidad. El Estado toma el papel asignado en otros tiempos a la Iglesia y los padres y educa para el religioso cumplimiento de las modernas leyes morales: ir al médico (ahora van a hacer que paguemos dos veces, por cierto), dejar de fumar, ir al gimnasio, llevar una vida consumista y, si es menester, abortar antes de la mayoría de edad.
¿Dónde está la libertad? Lo dijo el lema revolucionario que, según algunos que vivieron esa época era bien diferente a la expresión más tarde adoptada (Libertad, Igualdad o Muerte).
Los frutos del cambio hacia lo aparentemente progresista, no ocultan sino la retorcida fórmula de derrocar las instituciones más arraigadas e imponer una nueva moral a golpe de Decreto Ley.
Hoy en día, y gracias a la eficiente labor de propaganda llevada a cabo desde la UE y fielmente secundada por los lacayos de los respectivos países, se impone la moral de la persecución y el absurdo, de la legalidad más allá de la legalidad.
Un mundo en el que todo parece loco.
Por muy irónicos que queramos ponernos.
Porque jugamos con la libertad.
Porque jugamos con la idea de la falsa igualdad.
Porque, finalmente, la fraternidad impuesta desde los gobiernos termina en la muerte del individuo.
Y eso, señores, no es democracia.

**Martín Cid es autor de “Ariza” (editorial Alcalá, 2008), “Un Siglo de Cenizas” (editorial Akrón, 2009), Los 7 Pecados de Eminescu (e-book) y del ensayo “Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción”.

viernes, julio 16, 2010

El diablo enamorado de Jacques Cazotte, visto por Martín Cid




Situémonos, amigo lector... Francia, siglo XVIII. Sí, es el denominado "siglo de las luces" y otros apelativos históricos que tan bien sirven en los libros de texto. Pues bien, hoy toca hablar de un autor poco conocido, muy citado en los anales de la literatura ocultista, desconocido para el gran público y tachado de "amable y original" por sus contemporáneos.

"El diablo enamorado" es un ejercicio de excentricidad para la época y una novela amable para nuestros días. Bien, he aquí que exponemos las ideas comúnmente aceptadas sobre el término. Se han vertido también lo que se suelen llamar "ríos de tinta" sobre este texto en particular. ¿Por qué? Bien, parece ser que la novela contiene una trama cabalística interna y desvela misterios que las sociedades ocultas de la época pretendía no desvelar. Adivinen qué sucedió: persecución y demás mandangas (aunque pensamos que al propio Cazotte no le haría demasiada gracia su propio ahorcamiento).

¿Quién era Cazotte? ¿El espíritu burlesco del que nos hablan las biografías? ¿El ser profundamente sabio y versado en literatura oculta que nos han querido hacer ver? Probablemente se trate de un ilusionista, eso sólo y nada más, citando a otro famoso ilusionista posterior. Extravagante, polifacético... un autor de ideología monárquica (uy, uy, uy..., que quizá el ahorcamiento sobrevenga por otros motivos... no, amigo lector, este narrador está bromeando, no podría ser de otra manera). Jaques Cazotte era un buen padre de familia, contemporáneo de Saint Germain y Caligostro. Dicen que predijo su propia muerte y la Revolución... Ilusiones, como todo, pero el mundo es más bonito con ilusiones, ¿no les parece?

Argumento: Don Álvaro, un noble español, por dárselas de "machito" va con unos "amigos" a "invocar" a un "alma innoble". Total: Se aparece el "diablo" en forma de monstruo. Don Álvaro (buenos puros, por cierto) se pone "chulito" y le "sugiere" que adopte una "forma" más "servicial". ¿Cómo sigue? Biondetta (forma que el diablo adopta para agradar a Don Álvaro) se muestra servicial, sumisa, complaciente (así se suponen que tenían que ser las muejres en siglos pasados para "pescar" un buen marido: Hay buenas costumbres que ójala no se hubiesen perdido)... Don Álvaro parece sentir compasión por ella y la toma bajo su protección, ya que Biondetta ha adquirido cualidades humanas, y parece sentir verdadera "pasión" por el caballero español.

Durante la novela, nos encontraremos...
Leer más:
http://www.martincid.com/CriticaLiterariaCazotteDiabloEnamorado.php

lunes, julio 12, 2010

Finnegans Wake de James Joyce, por Martín Cid


Desde 1929 hasta 1939, James Joyce estuvo escribiendo este inclasificable libro, tal vez una novela. Ha habido críticos que no lo han considerado como tal, otros lo han catalogado dentro del ensayo, y otros incluso lo han definido como el producto de una mente enferma. No es de extrañar porque Joyce rompe con todas las reglas novelísticas que le habían antecedido y crea una narrativa diferente, resultado de los logros de todas las vanguardias de su tiempo y que va más allá.
Son más de 600 páginas repletas de frases extrañas que combinan más de 62 lenguas. Es la Torre de Babel, imposible de traducirse, imposible de ser comprendida si no somos capaces de adentrarnos en su universo metafórico y musical (¿simbolismo?) para vivir, como la familia de H. C. Earwicker’s , una pesadilla de crimen y sexo (¿surrealismo?) donde nadie puede comunicar la verdad de lo sucedido (¿existencialismo?) porque las palabras, las creencias históricas y las verdades filosóficas son insuficientes para superar la Torre de Babel que la humanidad creó el día que los mitos y las leyendas empezaron a ser olvidados en favor del pensamiento racional.
No es extraño que este libro se imprimiera en 1939, el año en que comenzó las Segunda Guerra Mundial y en que concluyó el tiempo de las vanguardias, ni que T.S. Elliot lo apoyara o que Scott Fitzgerald o Hemingway lo aplaudieran. Tampoco que fuera escrito en París y que la primera edición viera la luz de manos de Faber and Faber en Londres y The Viking Press en Nueva York. “Finnegans Wake” aglutina las preocupaciones y búsquedas de un tiempo que estaba a punto de desaparecer: Nietzsche, Freud, Jung, Heidegger, Frazer… Si “Ulises” fue la culminación de la novela moderna iniciada por Flauvert, “Finnegans” es la culminación de “Ulises”.
“Ulises” usa la estructura metafórica de Homero, “Finnegans Wake” los cuatro tiempos de Gianbaptista Vico. ¿Por qué cuatro? Tal vez James Joyce quiere basarse en los cuatro mundos cabalísticos o tal vez pretende un sarcástico chiste: “He escrito un libro que entretendrá a los críticos durante un siglo”. Mentiras y medias mentiras dentro de bromas de una realidad brutal hacen de la obra un mundo inaccesible... o puede que no tanto.
James Joyce establece una crítica profunda y solida del modelo patriarcal, de las ideologías políticas y del método tradicional de narrar una historia y construye un libro inacabado que el lector debe completar: nadie sabe qué puede éste encontrar entre sus 62 lenguas diferentes o al interpretar los mitos celtas, cristianos y hebreos que conforman la narración. Tampoco en el particular sentido del humor del Sr. Joyce.
Al final, una mujer, A. L. P. (Anna Livia Plurabelle), tiene la respuesta: ella vino del océano, de las olas que su hija Issy (la nube) formó con lluvia y representa la libre protohistoria que todavía susurra en el río Liffey, en Dublín, donde los Earwicher regentan un pub, donde se ha cometido un crimen que todos los miembros de la familia tratan de ocultar pero que se revela cada noche en los sueños.
Es una peculiar pesadilla que conduce al lector a otra más extraña: la pérdida del lenguaje a través de la pérdida de su estructura y la personalidad perdida y hallada en todas las personalidades (“HereComesEverybody-HCE-E.C. Earwicker”) porque la pesadilla de un hombre es la pesadilla de todos. ¿Dónde olvidamos el alma? Quizás la perdimos entre el galimatías de palabras y razones, y la única forma de recuperarla es buceando en el lenguaje.
Sentimos el miedo que nos ata a los cabellos de Anna Livia y el placer del pecado de H.C.E., porque una noche él soñó que era una persona.

**Martín Cid es autor de las novelas Ariza (editorial Alcalá, 2008), Un Siglo de Cenizas (editorial Akrón, 2009), Los 7 Pecados de Eminescu y del ensayo Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción (editorial Akrón, 2010).

Más en: http://www.martincid.com

domingo, julio 11, 2010

¿Sobre Literatura?, por Martín Cid



¿Sobre literatura?
por Martín Cid
http://www.martincid.com/




I (redoble de tambor, música fúnebre)
El irónico mercado
Miro la lista de los libros más vendidos. Esta semana María dueñas Vinuesa encabeza las listas con una novela que, dicen, es de amor, exotismo… espionaje. Una mujer enfrentada con las circunstancias por lo que parece entreverse. Hasta el número tres no nos encontramos con Reverte y su Asedio, también con Matilde Asensi en el número siete que es más o menos como encontrarse con Messi en los diez mejores goles del año (algo normal a todas luces). Miro estos títulos que parecen sacados todos de la más reciente de las fotocopiadoras modernas.
¿Necesitamos explicaciones? Me explico: como El Código DaVinci (©) ya está escrito (¿?¿?¿!!!!!) podremos llamar a nuestro libro tranquilamente El Código Miguel Ángel que nadie nos acusará de plagio y, de paso, podemos intentar vender a la editorial que aprovecharemos el boom del best-seller de Dan Brown. Puede que no funcione (¡!) o puede que sí: parece que los editores no tienen demasiado miedo a repetir esquemas exitosos.
Así, en esta lista de los más vendidos siempre hay una especie de marca B (como las pipas BigBen de Dunhill o la Shelley Bobyns de los Simpsons (©)). Cuando Umberto Eco publicó El Nombre de la Rosa, verdadera iniciadora del tema de la moderna narrativa pseudo-histórica, no imaginaba (seguramente) que iba a tener tantos y tantos seguidores de distinto tipo. Y es que si El Código DaVinci toma algunos puntos de El Nombre de La Rosa, siendo definitivamente inferior a la obra de Eco, ahora vienen otros copiando la copia y otros que copiarán la copia al más puro estilo (valga la redundancia) del copista monacal salido de alguna novela de Eco.
Pero este tipo de novela pseudo-histórica sólo es un tipo de obra que podemos copiar. Ahora mismo hay más con las que poder paliar nuestra falta de imaginación. Aún vagan en nuestros recuerdos las pesadillas de Millenium, y sobre todo los sueños infames de los libreros que no han adquirido los libros. Tres entregas con una heroína que se enfrenta al mundo de los depravados, violadores y periodistas (los que hayan leído la novela sabrán cuál es peor clase de ser humano de los tres, yo no la he leído).
En los próximos años seguramente veremos el auge de una especie de mujer no-rubia con mala leche que no le llegará a la suela de los zapatos a Lisbeth Salander, sí, pero que llenará las arcas de los (¿a veces?) avaros editores. Todavía no ha llegado a nuestro país la moda en todo su apogeo, aunque ya da sus primeros coletazos en una mujer que se apellida (casualmente) igual que Larsson pero que no es Larsson escritor que murió sin ver su éxito ni el Larsson que jugó en el Celtic de Glasgow durante tantos años.
Otra línea (ésta más antigua que el hombre) que proviene del fumador de pipa J.R.R. Tolkien. A este tipo de literatura (que no fue en sus comienzos ni tan juvenil ni estúpida) pertenecen incunables del tipo Harry Potter o alguna niña maga (que podemos distinguir con dificultad del primero porque uno es niño y la otra es niña). No habrá buena lista de los más vendidos sin una obra épica de este tipo.
En otro orden de cosas nos encontramos con lo que las editoriales llaman “literatura seria”. Si han pensado por un momento que vamos a hablar de James Joyce y sus sucedáneos están muy equivocados. ¿Cortazar? ¡Dios mío! ¿Acaso creen que sólo se pueden publicar libros para superdotados? No, hoy bebemos en la inmensidad de lo mediocre y es por eso que lo que antes era vanguardia hoy se ha convertido en retaguardia y los títulos serios hoy se han convertido en una especie de mezcla entre una novela de espionaje mala con las vicisitudes de una ama de casa que descubre su sexualidad o algún otro elemento suficientemente soez como para que la crítica (loado sea su santo nombre) se rasgue las vestiduras ante tal provocador gesto. ¿Simple marketing? Sí.


II
Cómo no reírse de lo anterior y no morir en el intento: el héroe
Y ahora ante la lista de los más vendidos en esos grandes almacenes la pregunta surge como si nada: ¿qué tienen todos en común? Es difícil responder pero no imposible, y es que el ya citado marketing ha terminado con casi cualquier iniciativa en casi cualquier contexto. Los personajes suelen ser adolescentes de todas las edades: tienen un toque de inadaptados porque el que lee libros no es ya de por sí muy normal (y hay que congraciarse con el lector que, al fin y al cabo, es el que paga)… hay muchos best-sellers con protagonista femenina (adolescente, normalmente de unos cuarenta años, con carencias afectivas y carácter más bien llorón que nos recuerda a Laforet), los hay de adolescentes que se enamoran de vampiros y hackers que luchan contra el entramado de mentiras en la hipócrita sociedad sueca.
El héroe sigue presente en estos libros tan vendidos, un héroe ya cansado que roza la locura como lo hiciera el Quijote, pero un héroe que no sabe ya muy bien el porqué de su lucha (algo así como J. Stewart en El Hombre que Sabía Demasiado (poco)). También el Quijote tuvo que inventar su propia aventura, plagada de molinos de viento que no existen… ¿una reflexión sobre la creación literaria? Pero los héroes de esta nueva generación de literatos son un poco menos inteligentes y mucho más adaptados a un mundo del que no se pueden escapar. ¿Cómo poder desligarse de un mundo con unas estructuras tan férreas? Un imposible. Los héroes de hoy coquetean con ese pasado en sus códigos ocultos y, de esta manera, descubren una nueva realidad más literaria y más real.
Y es que queda algo en nosotros de Harry Potter: deseamos al abrir una novela creer en una escuela de magos y, poco a poco, nos olvidamos de la estructura para recordar nuestros más infantiles tiempos, esos en los que soñábamos que con un movimiento de nuestra pluma podría caer Troya.
Hoy bien saben los novelistas que no quedan Troyas por arrasar y ya las novelas reconocen su innata capacidad para ir más allá del papel.
Porque hoy, por lo que parece, todo está en una lista de los libros más vendidos.
Aún nos queda un consuelo: también en época de Cervantes se escribían obras mediocres, dicen algunos.
Me siento triste hoy y respondo: no tan mediocres, no tantas.
Porque en la antigüedad el hombre aún podía soñar.

**Martín Cid es autor de las novelas “Ariza” (ed. Alcalá, 2008), “Un Siglo de Cenizas” (ed. Akrón, 2009), Los 7 Pecados de Eminescu (e-book) y del ensayo “Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción” (ed. Akrón, 2010).


Publicado en:



http://www.aragonliberal.es/noticias/noticia.asp?notid=39842&menu=5

sábado, julio 10, 2010

Eduardo de la Fuente, periodista del Faro Balear, radio Marratxí (92,9 FM) entrevista a Martín Cid


Martín Cid, ovetense de nacimiento y madrileño de adopción, es escritor por encima de todas las cosas. Es autor de las novelas “Ariza”, “Un Siglo de Cenizas”, y “Los Siete Pecados de Eminescu”, además del ensayo “Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción” que se editará el próximo mes de septiembre. También codirige y edita junto a Isabel del Río la revista cultural Yareah. Y acaba de lanzar en internet el proyecto Las Libertades. Por si todo esto les parece poco, aún tiene tiempo de colaborar con numerosas publicaciones, entre las que nos enorgullece poder contar la edición digital de EL FARO BALEAR.

De la actividad frenética que Martín Cid lleva a cabo con aparente calma y serenidad habló el autor con Eduardo de la Fuente en EL FARO BALEAR radio.

Para escuchar el podcast de la entrevista:
http://elfarobalear.podcast.es/episodio.php?usuario=elfarobalear&id=20595

Otros links:

domingo, julio 04, 2010

Hoy juega España, por Martín Cid




Y algo tendrá que ver con la crisis (como, por desgracia, cualquier manifestación en nuestro país en los últimos tiempos). Sí, señores, hoy juega España y parece haber un clima generalizado de apoyo a la selección. Hoy juega España y en el combinado nacional hay varios jugadores catalanes, sí (incluso vascos).
Hoy juega España y mucho se habla ya de fútbol en nuestro país como para poder olvidarlo: sí, hoy juega España (ante Portugal, todo sea dicho).
Y hoy, además, quiero hablar de un señor llamado Joan Laporta, abanderado del catalanismo en la peor de sus vertientes posibles: la del oportunismo más mezquino.
Y hoy, además, quiero recordar las palabras de un tal Xavi Hernández (9 de octubre del 2007, publicadas en el diario Marca), a raíz de unas declaraciones del señor Laporta (sobre la selección catalana): “Mi selección es España, que es mi país”.
Y también hoy (y ya alejados del ámbito futbolístico) me vienen a la mente otras muchas manifestaciones de artistas y gentes no tan leídas como Carod Rovira pero igualmente válidas (sí, lo de “leída” era con “ironía”) en apoyo de lo que fue España, hoy convertida en una especie de lodazal en la que cada partido (independentista o no) busca su beneficio más que el de la nación.
Hoy se juega algo más que un partido: el mundial es una especie de juego en el que los estados se miden unos con otros y muestran su orgullo patrio. Este tipo de competiciones proviene de las Olimpiadas griegas y, por si alguien no lo sabe, los combates entre las polis eran suspendidos para prestar toda la atención a sus competiciones deportivas.
Han sido muchos los intelectuales que han denostado el fútbol (algunos, ciertamente, con razón) pero muchas veces olvidan que este deporte (estúpido o no) une a la gente como ninguna otra disciplina lo hará. Ya seamos socialistas, de derechas o de izquierdas o anarquistas hoy nos toca decir algo: hoy juega España.
Y hoy, por una vez, nos sentimos españoles, sin diferencias ni enfrentamientos, sin buscar el beneficio social, económico o moral. Hoy, nos guste o no el fútbol, todos a las ocho y media tendremos una parte de nuestro corazón (partido o no) pendientes de este evento (estúpido o no) que por un momento nos hace sentir parte de una herencia y de una cultura, la misma que vio nacer a Cervantes y Picasso, la misma que Unamuno vio desde el exilio languidecer o resurgir o palidecer o volver a inventarse, una herencia que vio caer en Trafalgar su grandeza y mil veces más la verá renacer, de sus cenizas y de sus nacionalismos y de su “pan y fútbol” y de sus corridas de toros y de sus héroes…
Que no por languidecer hoy a la sombra de los advenedizos podrán ser olvidados.
Por eso brindo hoy por los catalanes. Sí, por los catalanes todos, por esos que cada día se levantan y trabajan y olvidan la culpa de la avaricia de unos pocos (catalanes o no). Y brindo por los vascos también y por su muy española tradición y por su siempre español carácter… y por los castellanos que un día vieron nacer la idea, grandes guardianes de la tradición y las costumbres… y por los asturianos (hoy Villa al frente), con sus bromas sobre don Pelayo a veces tan poco entendidas… y por los andaluces, que llevaron nuestro arte fuera de nuestras fronteras y tan cerca, tan lejos… y por riojanos, navarros, valencianos, extremeños y gallegos.
Sí, brindo con todos los que hoy tendrán en su corazón un hueco, grande o pequeño, les guste o no el balompié, amen o no este deporte de bárbaros y caballeros.
Porque hoy, y siempre, jugará España.

**Martín Cid es autor de las novelas “Ariza” (ed. Alcalá, 2008), “Un Siglo de Cenizas” (ed. Akrón, 2009), Los 7 Pecados de Eminescu (e-book) y del ensayo “Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción” (ed. Akrón, 2010).
Articulo aparecido en Diario Liberal, El Faro Balear, Aragón Liberal, La Voz Liberal, y El Republicano Digital.

jueves, julio 01, 2010

Nuevo periódico: Las Libertades. es


El escritor Martín Cid funda un periódico: Las Libertades.es
http://www.laslibertades.es
Martín Cid (http://www.martincid.com), quien se define a sí mismo como “orgulloso (y desmedido) fumador de pipa, virulento conversador, cuasi-abstemio, de espaciosa presencia que ha tenido el mal gusto de llenar la noche madrileña con bocanadas de humo durante más de diez años” y que ha publicado las novelas “Ariza” (2008 editorial Alcalá), “Un Siglo de Cenizas” (2009 editorial Akrón), “Los 7 Pecados de Eminescu” (e-book) y tocado recientemente el campo del ensayo con "Propaganda, Mentiras y Montaje de Atracción", acaba de fundar un periódico digital, Las Libertades, donde pretende dar foro a toda clase de artículos que “atenten contra el sentido común y la serenidad”.
Martín Cid fundó también hace dos años, junto a la escritora Isabel del Río (http://www.isabeldelrio.es), la revista cultural y bilingüe Yareah magazine (http://www.yareah.com) desde donde ha promovido jóvenes autores y artistas de más de 50 países diferentes. Con esta nueva iniciativa pretende adentrarse en otro campo:
-Soy una persona inquieta –ha declarado el escritor- y creo en la palabra escrita como medio de desarrollo personal y de evolución social. Un foro de intercambio de ideas (no políticamente correctas) es ahora necesario para ahuyentar la soledad de quienes todavía tenemos ganas de decir y necesitamos sitios de diálogo en un país cada vez más estandarizado y restrictivo. Invito a colaborar y compartir a todos los que quieran huir de la mediocridad.