jueves, septiembre 09, 2010

Aniversario del Nacimiento de Tolstoi

Grandes literaturas pocas hay: la española, la inglesa y la francesa, desde luego, pero también (y no menos importante) sobresale la gran literatura rusa, madre de tantos grandes autores. Liev Tolstoi fue tal vez el más grande novelista clásico de todos los tiempos, en cuanto a manejo de personajes y estructura literaria, en esas grandes obras publicadas por entregas que cobraba a millón la página. Tolstoi escribió primero Guerra y Paz entre 1865 y 1869 para redactar seguidamente Anna Karénina entre 1875 y 1877, sus dos novelas más famosas. Tolstoi supone el culmen de la novela en cuanto a cohesión de personajes con el trasfondo histórico-social que les rodea. Ya decía Kerouac que no había encontrado novela más perfecta que Guerra y Paz. Quizá tenga razón porque se trata de una obra nacida de la imperfección: de la imperfección de un pueblo que lucha y se apiada en el paradigma de huir y enfrentarse, entre el odio y la miseria y entre la paradoja de ser cobarde para poder existir. ¿Heroísmo? Grandes diferencias vemos con otro gran escritor ruso como Dostoievsky, sí, pero también enormes similitudes: si en Tolstoi este tiempo de cambio se vive como algo histórico en el propio contexto de la novela, este mismo contexto es el configura la psicología del personaje en Dostoievsky. El asunto de Napoleón ha cambiado tanto a P. Bezukhov como a Raskolnikov. Si bien los trasfondos son diferentes, los personajes rusos siempre se han visto abocados a este devenir histórico que modifica sus vidas y conciencias (también en los casos de Gorki, Pushkin, Turgeniev y Gogol). Tolstoi es el más perfecto por ser el modelo más puro, el escritor de los grandes espacios abiertos como Dostoievsky es el narrador de la tortuosa ciudad, el hombre que mejor trata una novela que podríamos calificar fácilmente de “inglesa”: fiestas en sociedad y frivolidad y grandes viajes y personajes excéntricos y grandes damas que siempre se mantienen en pie (mucho tiene que ver la Scarlett de Lo que el Viento se Llevó con la Sonia de Guerra y Paz). La grandeza dentro de la miseria de la guerra y la miseria dentro de la selecta sociedad: como todos los grandes, la novela se construye en torno a paradojas que se reconstruyen y cambian dentro de la propia narrativa interna del relato. Dostoievsky se cierra hacia lo interior, Tolstoi se erige en su antítesis porque el exterior se adueña de la idiosincrasia del personaje, de las costumbres de sus miembros y de la tierra seca y nevada que un día les vio crecer. Ahora sus personajes vuelven a rezumar vida cuando menos nos lo esperamos, con una Anna Karénina esperando el tren. Nunca estuvo más viva.

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