En esta vida ha habido muchos pero, me temo, no tantos como los que están por venir. No por envidia que nunca les di motivos, no por odio que tampoco gozaron de mi insulto ni tan siquiera por rencor porque nada de nadie tomé. ¿Por qué me odiáis? He buscado respuestas y jamás las he encontrado, ¿tendría que haberlas? Tendría, porque todo ser las necesita y no puede vivir sin entender aquello que le rodea y atenaza.
Espero que algún día dejéis de mirarme mal y sentir ese profundo rencor que os atenaza.
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